jueves, 18 de octubre de 2007

De infancia y añoranza

Sigamos con el tema de la nostalgia.


Cuando era niña quería ser la hija de la patrona… por los privilegios que veía en su vida, después me arrepentí la verdad mi mamá era y sigue siendo más chida.

De niña me gustaba jugar a las Barbies pero más me gustaba salir a correr por la calle, patinar de esquina a esquina, refugiarnos en la sección de cuentos y revistas del Sanborn’s de la esquina, ir al enorme estacionamiento de atrás de mi casa era la neta.

Mi caricatura favorita: Candy Candy, que en realidad fue la primer telenovela que ví, eran los tiempos de Chispita, de chiquilladas y de Cachun Cachun (chin ya revelé datos relevantes sobre mi edad; jejejeje).


De niña fui muy deportista, mi primer cumbre fue a los 8 años en el volcán de la Malinche (4 461 msnm) es ese uno de mis momentos inolvidables de la vida; sigamos con la actividad física: fui a natación de los 7 a los 15, y tome clases de baile polinesio más menos en el mismo periodo.

Nunca fui una buena alumna, de hecho el 3° de primaria estuve a punto de reprobarlo pero no fue mi culpa!!! La maestra yucateca me tenía tirria. Porque tampoco era pésima para aprobar me hicieron un examen de la SEP y salí muy bien.


Lástima que pasa el tiempo me encantaría seguir siendo niña… si el tamaño lo sigo teniendo pero ya no es igual.

viernes, 5 de octubre de 2007

Ranchería Montefrío, San Juan Tamazola, Nochixtlán, Oaxaca

Me gusta el olor a tabaco, el olor de mi mamá, el olor de una cocina a medio día, el olor de un bebé recién bañado...

Pero hay un olor que me gusta más por todo su contexto: el olor del pueblo de mi mamá, que es una rara mezcla entre tierra, sudor y humo que a pesar de lo que se imaginen no es desagradable sino que en mi caso particular me remite a mis orígenes a donde pertenezco tal cual y sin apariencias. Es un olor tan complejo que se matiza por las noches y se refresca por las mañanas, un olor a hierba, a campo, a soledad pero al mismo tiempo a familia a solidaridad e incluso a brujería y yerbas un olor que finalmente es esencia de mí.

Montefrío no aparece en el mapa de INEGI, es lugar en el cual hace escasos 15 años hay carretera, la señal de celular solo llega a las partes más altas, el servicio de electricidad es escaso y solo ponen la bomba del río a la llave comunitaria una vez por semana. La fiesta es el 25 de julio día del Apostol Santiago.

Sólo unos cuantos jóvenes se han quedado a trabajar las tierras de sus padres el resto han emigrado, mi mamá sailó de esa tierra hace mas de 45 años; muchos sobreviven en la capital otros más han conseguido el sueño americano pero a pesar de todo la añoranza persiste, lo curioso es que cuando vuelven llenan sus pulmones de olor a Montefrío para seguir de nuevo por los caminos lejanos igual que yo aún cuando no nací en ese rincón de la sierra mixteca.